El pasado martes 12 de marzo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Burgos se llevó a cabo la charla “Una aproximación al autismo desde la neurología y la genética” de la mano de los Doctores Víctor Ruggieri y Claudia Arberas.

Para comenzar la ponencia de la Dra. Arberas explicó de manera oral uno de sus estudios y conclusiones sobre la importancia del desarrollo genético en los casos de TEA. Según explica hay una serie de indicios en el genoma que pueden llevar a pensar que un individuo padezca un trastorno de este tipo en el futuro. Si alguno de los genes que conforma su ADN es uno de los que se han asociado a los TEA, habrá que tener especial atención con su caso para abordarlo cuanto antes y minimizar su impacto. Esto también influye en las familias, puesto que la presencia de un gen en el ADN no implica que vaya a desarrollarse, pero al ser portador del mismo, sí puede manifestarse en la descendencia del sujeto.

También añade que los TEA normalmente se manifiestan junto con otro tipo de disfunciones, como por ejemplo física o intelectual, que hacen visible el trastorno. De esta forma es más fácil tratarlos a tiempo.

Para finalizar apunta que, aparte de los factores genómicos del afectado, hay otros que pueden influir también en el desarrollo de los TEA, como por ejemplo un nacimiento extremadamente prematuro (antes de la semana 28) o un embarazo de riesgo. Es decir, situaciones que compliquen el desarrollo normal del bebé.

Tras su intervención el Dr. Ruggieri explicó su estudio Regresión Autista: aspectos clínicos y etiológicos. Según argumenta, la regresión autista es el proceso mediante el que una persona comienza a perder la capacidad de hacer cosas por sí misma. Es decir, es el momento en que un sujeto empieza a mostrar síntomas de un TEA.

Es por esto que explica una serie de casos en los que la regresión no va asociada al autismo como por ejemplo el Síndrome de West, intoxicación con mercurio o deficiencia de vitamina B12 en el caso de lactantes (por una alimentación vegana de la madre) entre otros.

Una persona puede sufrir estos síntomas en cualquier etapa de su vida, pero lo usual es que sea en edades tempranas. Por ello el Dr. Ruggieri insta a que no se deje pasar uno de ellos como “una etapa en el desarrollo del individuo”, sino que se vigile por precaución. De esta forma, al abordarlo rápidamente, se frena el proceso de degeneración y, en algunos casos, se puede llegar a eliminar el proceso de regresión.

En definitiva fue una jornada muy interesante en la que, gracias a estos grandísimos profesionales, aprendimos mucho sobre el desarrollo de los TEA y como actuar ante ellos.